Debe prohibirse detención de niñas y niños migrantes

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Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.- 18/12/2013

Las niñas y niños que emigran –y quienes según estimaciones constituyen una cuarta parte de la migración internacional– corren el riesgo de ser detenidos debido a controles de salud y seguridad, o para comprobar su identidad y facilitar su expulsión del territorio en el que se encuentren.

De acuerdo con la Coalición Internacional contra la Detención (IDC, por sus siglas en inglés), la niñez, al igual que las personas adultas, corre diversos peligros en su travesía y puede ser recluida en centros de detención pese a que esto atenta contra sus derechos. También advierte que la población infantil es más vulnerable que otros grupos sociales.

El informe “Infancia cautiva”, editado por IDC, destaca que la niñez migrante deja sus países de origen por diversas razones: algunos huyen porque sus Derechos Humanos se ven amenazados; otros porque van en busca de una vida mejor; unos más abandonan su hogar junto con sus familias, y hay quienes simplemente viajan sin la compañía de alguna persona adulta.

En el camino, continúa el reporte, las niñas y niños pueden ser separados de sus familias y ser víctimas de la trata para la explotación sexual u otras formas de explotación, pero además si viajan sin documentación oficial, independientemente de que sean refugiados, solicitantes de asilo o migrantes en situación irregular, corren el riesgo de ser detenidos.

De acuerdo con la investigación, las niñas y mujeres jóvenes además viven el peligro de ser víctimas de abusos o agresiones sexuales.

Este estudio señala que en muchas ocasiones los gobiernos argumentan que las y los menores de edad también son detenidos para no separarlos de sus padres y madres recluidas. “Sin embargo, el objetivo principal debe estar enfocado en los derechos duales de los niños para no ser detenidos y su derecho a que sus padres y familia residan con ellos en la comunidad”, dice el organismo.

En este sentido, la IDC indica que es importante destacar que los países se deben centrar en las necesidades y derechos de la niñez y no sólo en sus cuidadores adultos, y por tanto no deben tratarlos como meros apéndices de sus progenitores o familias.

Otro argumento que utilizan los gobiernos que reciben a las personas migrantes es que detener a las y los niños es una medida necesaria para comprobar la identidad de las personas migrantes irregulares, y asegurar que no representen una amenaza a la salud o la seguridad de la ciudadanía que reside en el país de destino.

Una excusa más para mantener aprisionada a la niñez que no cuenta con documentos oficiales es decir que los Estados utilizan este mecanismo como un medio para asegurar que los ciudadanos irregulares no se fuguen, y estén disponibles para la expulsión si se determina que no tienen derecho a permanecer en la nación a la que llegaron.

Sobre los centros de detención, la IDC destaca que dependiendo de cada país hay desde pequeñas instalaciones que operan a escala y son como un hostal o centro de atención residencial, hasta instituciones a gran escala que se construyen y operan como prisiones de mediana o alta seguridad. Pero en todos los casos a las y los detenidos no se les permite salir y son vigilados.

En este contexto, la organización internacional menciona que existen pruebas contundentes de que la detención de migrantes tiene un impacto perjudicial en la salud mental y física de las personas detenidas, ya sean niñas, niños o adultos.

Por ello, la IDC recomienda que para prevenir que niñas y niños migrantes sean detenidos es primordial que exista una prohibición legal en contra de su encarcelamiento. “Las leyes, políticas y prácticas deberían basarse en la suposición de que la detención no es necesaria para la resolución de la condición migratoria de un niño”, dice en su informe.

Señala además que hay que reforzar el principio por el que se debe tratar a las y los niños como menores de edad, antes de verlos como migrantes.

Mujeres migrantes, las que más sufren violaciones a sus DH

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Por: Anaiz Zamora Márquez

Cimacnoticias | México, DF.- 18/12/2013

La mitad de los 232 millones de personas que actualmente viven en países distintos al suyo, en busca de mejores oportunidades de vida y de desarrollo, son mujeres que durante su traslado o establecimiento ven violados sus Derechos Humanos (DH), sin que haya políticas públicas que las protejan.

Al conmemorarse hoy el Día Internacional del Migrante, François Crépeau, relator especial de la ONU sobre los Derechos Humanos de las Personas Migrantes, y Abdelhamid El Jamri, presidente del Comité de la ONU para la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y de sus familias, lamentaron que esta población continúe sufriendo abuso, explotación y violencia, pese a contribuir en gran medida al desarrollo económico de un país.

Por lo que llamaron a todos los Estados miembro de Naciones Unidas a recordar que las y los migrantes son seres humanos con derechos, “y no deben ser tratados como si sólo fueran agentes de desarrollo económico”.

Asimismo la ONU informó que la migración internacional creció de manera notable desde inicios de este siglo y se calcula que en la actualidad cerca de 232 millones de personas “buscan en países distintos al suyo nuevas oportunidades de mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos”. La mitad de este colectivo son mujeres, precisó.

En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), el flujo migratorio anual es de 25 millones de ingresos legales y de 450 mil personas migrantes sin documentos oficiales; organizaciones civiles nacionales en reiteradas ocasiones han señalado que esta población es la que padece las formas más brutales de discriminación y agresión.

Como parte de la efeméride instaurada por la ONU en el año 2000, la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (integrada por albergues y casas de migrantes de todo el país) y el Servicio Jesuita a Migrantes-México, presentaron su informe “Narrativas de la transmigración centroamericana”.

En él se da cuenta de que México se ha convertido en una ruta migratoria “sumamente violenta debido a los múltiples delitos y violaciones a DH que se cometen en ella”.
 
Basado en la información de personas migrantes que se trasladaron entre enero y junio de este año en el tren de carga conocido como “La Bestia” (que sale desde Chiapas y llega a la frontera con Estados Unidos a través de la ruta del Golfo), en el documento se asienta que la mayoría de las y los migrantes provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala, y que salieron de sus países a causa de la pobreza, la falta de empleo y la violencia generalizada.

De acuerdo con los datos, el 48 por ciento de las y los migrantes tiene entre 10 y 29 años de edad, y son personas con capacidad de trabajar pero con poca formación académica.

Durante su trayecto enfrentan principalmente los delitos de robo, extorsión y privación ilegal de la libertad a manos de la delincuencia organizada muchas veces en complicidad con la Policía Federal y las policías municipales.

El primer informe de la Red también señala que aunque se ha dado una feminización de la migración, en la ruta del tren la presencia de las mujeres aún es escasa, toda vez que esta forma de traslado implica un inminente riesgo de caer en los círculos de trata de personas.

Cabe mencionar que el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi) ha informado que las mujeres en tránsito irregular no viajan en tren sino en autobuses, taxis o camiones.

Actualmente –denunció Imumi– aunque se reconoce que la migración tiene aspectos que afectan de manera distinta a mujeres y hombres, “la mayoría de las disposiciones y políticas migratorias aún carecen de un enfoque de género”, lo que implica que las agresiones y delitos que se cometen en su contra quedan en la impunidad, pese a que son comunes y constantes.

Por ejemplo, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, 24 por ciento de las mujeres migrantes que se trasladaron por territorio mexicano fueron víctimas de violencia sexual.

En la Ciudad de México, pese a ser un espacio donde converge una amplia diversidad poblacional y que alberga a personas migrantes nacionales e internacionales, persiste un clima de discriminación en su contra.

En un comunicado, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) dijo hoy que el 40.7 por ciento de las y los capitalinos considera que existe discriminación contra las personas extranjeras, dentro de las cuales el 22.7 por ciento considera que éstas sufren una alta exclusión.

Según el Censo de Población y Vivienda 2010, en ese año había en el DF un millón 679 mil 45 personas que nacieron fuera de la ciudad, lo que representa el 19 por ciento del total de la población, de la cual 942 mil 589 son mujeres.
FUENTE CIMAC NOTICIAS:http://www.cimacnoticias.com.mx/node/65213