Guanajuato es hoy el foco de los feminicidios y la violencia de género. Casos como Fabiola y Laura Patricia Vázquez Aguilar demuestran el nivel de impunidad y la poco respeto de los derechos humanos para la mujer.
Una estudiante desaparece y cuando la encuentran, días después, la Procuraduría determina –sin mostrar evidencia–: “fue suicidio”. Una mujer acude tres veces al Ministerio Público a denunciar violencia familiar, y no hay cuarta: el esposo la asesina. Una adolescente es violada por dos hombres que la amenazan para que cierre la boca; cuando va a las autoridades, herida por dentro, le dicen que no es un ataque porque no puso resistencia. Otra joven es tundida por un individuo –que hoy está libre– porque se negó a dejar que la ultrajara sexualmente. La constante es una: las autoridades se niegan a reconocer que se trata de violencia contra las mujeres. Le dan la vuelta a los casos para que no se sumen a las estadísticas, dicen organizaciones. Así, un posible feminicidio pasa con facilidad a “suicidio”. Por eso, las cifras son tan distintas entre las organizaciones civiles y el gobierno del Estado. Por eso, el Gobernador habla de “12 casos” y los activistas de 60 muertes. Por eso, Miguel Márquez Márquez no ve motivo para alarmarse mientras los grupos defensores de los derechos de las mujeres alertan: Guanajuato vive la hora más negra y 2013 es, ya, el peor año del que se tenga memoria…
Conoce más su historia en la siguiente liga Fuente Sin embargo. http://www.sinembargo.mx/28-10-2013/796635.